Las impresoras de etiquetas son las que se utilizan cuando se precisa imprimir sobre etiquetas en lugar de en papel. Estas etiquetas pueden tener múltiples usos, para marcar precios, colocar el código de barras a productos, pegar direcciones a cajas de envío, etc...
Las principales tecnologías de estas impresoras son la transferencia térmica directa o la térmica directa.
La térmica directa no utiliza ribbon, por lo cual será necesario utilizar etiquetas de material termo sensible Esta impresión térmica directa se acaba siempre degradando, más tarde o más temprano desaparece. Por lo general, se le suele asignar una vida de un año a la impresión, pero depende del grado de exposición que tenga.
La transferencia térmica por su parte requiere del ribbon, que es un rollo al que se le aplica calor para transferir la tinta de este rollo al papel o etiqueta.
El ribbon que se usa en la transferencia térmica tiene diferentes calidades, hay un amplio abanico, pero generalmente se diferencia entre cera, mixto y resina. Esto va de menor a mayor capacidad de adhesión, en función de la superficie sobre la que se vaya a imprimir, para que tenga una mayor duración esta impresión. La resina es la que más durabilidad ofrece, pero también es más cara. Este ribbon debe tener unas medias siempre unos centímetros por encima de las etiquetas.
Puede imprimir etiquetas individuales o imprimir varias seguidas para luego colocarlas sobre los diferentes productos. Para este último caso, puede que le resulte útil un rebobinador de rollo, de modo que a medida que se van imprimiendo las etiquetas estas también se van enrollando en un rollo y luego poder colocarlo en un aplicador de etiquetas manual con el que colocar las etiquetas de una manera rápida y cómoda.
Suele ser habitual que las impresoras requieran de un software especial, generalmente incluido con la propia impresora, lo que permite diseñar esas etiquetas a gusto del cliente.
Las principales variables a tener en cuenta para elegir qué impresora necesita son: dimensiones de la etiqueta, resolución (medida en ppp/dpi), velocidad de impresión (medida en mm por segundo) y carga de trabajo (medida en número de etiquetas al día).