El papel térmico se diferencia en su sensibilidad al calor, lo que hace que se pueda imprimir en él utilizando la tecnología de impresión térmica directa, imprimiendo pues calor y no por tinta. Esto hace que solo se pueda imprimir monocromo en color negro.
En esencia, lo que se hace es aplicar calor por uno de los lados del papel, que es opaco, para que el otro lado, el brillante, se oscurezca. Esta parte brillante ha sido tratada químicamente para reaccionar al calor.
Este papel suele tener un gramaje de 55 gramos, aunque es posible encontrarlo con otros grosor, teniendo siempre presente que a mayor grosos del papel, mejor impresora térmica será necesario tener.
Este papel es habitual encontrarlo en blanco, aunque también existe en colores verde, azul y amarillo a un precio mayor.
Como se puede comprobar, esta impresión no va por tinta, por lo que el único consumible es el papel, lo que supone el ahorro de coste en tinta. La calidad de la impresión es así uniforme a lo largo de todo el proceso de impresión.
Señalar además que aquí se puede trabajar con rollos de papel, es decir, no son hojas de papel de un tamaño fijo, por lo que se puede imprimir sin límite de hojas.
Este tipo de papel se recomienda principalmente para por ejemplo tickets de registradoras y TPV, balanzas, máquinas expendedoras, datáfonos, cajeros automáticos, etc. Siempre que se traten de impresoras térmicas.