Las bolsas de vacío son unos de los consumibles requeridos para el proceso de envasado al vacío con envasadoras, sean de campana o doméstica. El envasado al vacío es un método de conservación para evitar que los productos pierdan propiedades o se estropeen tras su exposición. Además de como método de conservación, también se puede usar para la cocción de la comida. Para este caso, se recomienda solo usar bolsas específicas para cocinar al vacío, si gozan de esa calificación, no es recomendable regenerarlas a una temperatura superior a los 60-70 ºC ni meterlas en el microondas.
La gran calidad y resistencia de esas bolsas permite conservar los alimentos de la degradación exterior.
Se tratan de bolsas de vacío con un grosor de 120 micras. Ofrece una mayor resistencia que las bolsas de 90 micras. Este grosor ligeramente superior al habitual hace que sea idóneo para productos loncheados, sobre todo cuando se desea que tenga una presentación con más consistencia o rigidez. Es frecuente encontrar este tipo de bolsas en quesos curados o semicurados, y en general en embutidos y productos en lonchas.
No se recomienda usar estas bolsas para las envasadoras al vacío doméstica, puesto que a veces la bolsa se queda enganchada en el proceso de absorber el aire. Para las envasadoras al vacío domésticas se recomienda generalmente usar las bolsas gofradas.
Al ser transparentes y lisas, permiten visualizar lo envasado.
Están disponibles en diferentes dimensiones. La primera medida es el ancho, la parte de la entrada o la boca, por donde se encuentra la abertura.
Suelen venir en cajas de 100 bolsas de vacío por caja.
Referencia | Dimensiones (entrada x fondo) | Unidades por caja |
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120V1345 | 133X450 mm | 100 |
120V1360 | 133X600 mm | 100 |